Por Benito Carlos Garzón
Abogado
Con editoriales LA GACETA ha puesto el dedo en la llaga que es conocer el estado de ignorancia de autoridades, centros culturales y hombres políticos y de letras sobre la obra del más ilustre de los tucumanos. La triste verdad es que las Obras Completas de Alberdi no existen en ninguna biblioteca de Tucumán. La edición de 1910 auspiciada por Joaquín V. González estuvo en la Biblioteca Alberdi, pero se fue perdiendo por lectores inescrupulosos que no devolvieron los tomos que se les habían prestado. La Facultad de Derecho únicamente posee las Obras Selectas (tres tomos). Alguna vez se trató de volver a imprimir la colosal obra pero fueron escasos tomos. De modo tal que el que quiera consultar la gigantesca obra tiene que recurrir a la Fundación FURT que quedó a cargo de toda la obra del prócer.
Obras y tareas
Alberdi dio instrucciones a su hijo para que cuando muera queme todas las obras que no fueron editadas. Su hijo desobedeció tal mandato y llegó a Buenos Aires con dos containers llenos de un enorme material que había dejado su padre. Actualmente el material se encuentra a cargo de la Fundación FURT, clasificado y protegido y solo mantiene relaciones con la Universidad de San Martín, la que organiza cursos para el conocimiento del legado alberdiano y otorga títulos académicos. Las obras más conocidas de nuestro autor fueron “Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina”, de singular importancia para nuestra primera Constitución Nacional de 1853, obra que completó con “Sistema Económico y rentístico de la Confederación Argentina, según la Constitución de 1853”.
Ejerció tareas diplomáticas en Europa para el gobierno del Presidente Justo José de Urquiza hasta la batalla de Pavón que encumbró a Bartolomé Mitre en el gobierno argentino, y lo primero que hizo es excluir Alberdi de su gestión diplomática, en que había dedicado sus esfuerzos para el reconocimiento de la nueva Nación Argentina ya constitucionalizada.
Críticas en diversos géneros
Esta breve reseña nos permite ubicar al personaje clave en la historia institucional de nuestro país, que salvo una sola oportunidad, al ser elegido diputado por Tucumán, no regresó nunca a su tierra natal. Un cruento enfrentamiento armado en el Río de la Plata conocido como la “triple Alianza” en que se coaligaron Uruguay, Brasil y nuestro país para derrotar al Paraguay, motivo que, ejerciendo una constante crítica al gobierno argentino y al presidente Bartolomé Mitre escribiera una obra señera con validez universal que denominó “ El crimen de la guerra”. Hay, no obstante, una gran cantidad de obras políticas, literarias, críticas que se publicaron muy poco y que revelan la gran capacidad alberdiana para abarcar géneros diversos para señalar sus profundas críticas a los gobernantes de nuestro país. Entre ellos se encuentra lo que se conoce como “Peregrinación de Luz del Día”. O “Viajes y Aventuras de la Verdad en el Nuevo Mundo”.
1) Esta obra, analizada con métodos modernos sobre la escritura por la Dra. Élida Lois, se encuentra una de las pocas escrituras mezcla de ficción y crítica sobre el gobierno argentino. En esencia es el viaje de “La Verdad” al Río de la Plata donde deberá luchar contra “La Mentira” que se disfraza de múltiples figuras para sobrevivir y sobreponerse a su rival. Para la mejor ejemplificación transcribiremos uno de los duelos de ambos. La Dra. E. Lois visitó Tucumán para conocer la tierra natal de Alberdi y fuimos sus anfitriones Carlos Duguech y el que esto escribe. Dio varias conferencias de su doctorado en el prócer en la Universidad de San Martin y su extensa bibliografía.
2) “Contendientes”. “Pero eso es insultar la América, decir que ella hace de la verdad un crimen -observa Luz de Día- Distinguimos dice Tartufo, Ella no condena la Verdad legítima y democrática, que es la hecha por legislador y por el pueblo, sino la verdad verdadera, la que quiere imponerse al pueblo soberano en nombre de su orgullo de ley divina o natural. De esa verdad no necesita porque es única que la embaraza. Le basta que cada uno se fabrica para su uso especial. ¿Luz le da habla de profesar en nombre de quién? -¿De la Verdad?, dice ella misma- ¿Por dónde está, quién la conoce? Yo sé bien que Luz de Día es la Verdad. ¿Pero por qué está de incógnito? Porque se ha visto perseguida en Europa. Pues en América bastaría que se diese a conocer para verse objeto de universal horror. ¿Habrá quien ataque de frente a la Verdad?, pregunta ella. De frente no, pero de flanco sí. Sabe la Verdad en nombre de quién sería exterminada ¡Como la Mentira en persona! ¿Es nueva esta historia? No, tiene 1.870 años, desde la ejecución de la Verdad en nombre de la Verdad hecha en el Calvario, los hombres no han dejado de ser los mismos. ¿Contra quién protestaría Luz de Día? Por el órgano de la prensa, que es la luz de los pueblos, la espada de la verdad. La prensa, ella tiene por objeto ocultar la Verdad. Los periódicos son publicados para oscurecer los hechos. Son los enemigos naturales de la Verdad y de su luz…”. De esta manera se tratan todos los temas de la “Peregrinación de Luz de Día”, dejando sembrada una sombra de pesimismo.
A lo largo de este tipo de confrontación de 546 páginas la Dra. Élida Lois discurre y analiza todo el libro examinando con método crítico genético el pensamiento alberdiano. Como verá el lector, el enorme resultado de la labor de examen y cotejo con la realidad de este método de examen y de trabajo. La más pujante crítica del autor supone que el lector ingrese al mundo de ficción para poder desmenuzar la realidad política y de este modo responder en cada época en cada caso las exigencias de una sociedad determinada. Leer “Peregrinación de Luz del Día” es ahondar en el sentido profundo de la vida en sociedad más allá de las leyes, constituciones o normas que la sociedad exige todo el tiempo y todos los tiempos.
3) “Peregrinación de Luz de día”- Juan Bautista Alberdi - Edición criticogenética de la Dra. Élida Lois -Edit.Unsam- 2006, 546 pag.) ¿Que diría Alberdi al examinar la actual realidad de la política argentina, más de un siglo y medio después de la Luz del día? Seguramente apagaría la luz.